Enfermedad por el virus Zika
La enfermedad está causada por un virus emergente que se
transmite por la picadura de mosquitos del género Aedes, los mismos que
pueden transmitir otras enfermedades como el dengue y la fiebre del
chikungunya, descubierto en 1947 en la selva de Zika, Uganda.
La enfermedad por virus Zika presenta una sintomatología generalmente leve que puede pasar desapercibida. Se considera que tan sólo 1 de cada 4 infectados presenta síntomas que aparecen entre 3 y 12 días tras la picadura, e incluyen febrícula, erupción cutánea, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, cefalea y cansancio. Los síntomas suelen durar entre 2 y 7 días y, en general, se resuelven sin secuelas. Por el momento no hay vacunas ni tratamiento específico.
Inicialmente se registraron casos esporádicos en África y Asia pero en la última década se ha expandido, produciendo brotes epidémicos. Actualmente, el virus circula en África, América, Asia y el Pacífico.
Durante los grandes brotes producidos en la Polinesia Francesa en 2013 y en Brasil en 2015, se han notificado potenciales complicaciones neurológicas y autoinmunes (como el síndrome de Guillén Barré). También se ha detectado un incremento de malformaciones neurológicas en recién nacidos y en particular microcefalia, que se ha asociado a una infección de la madre por virus Zika durante el embarazo (actualmente todavía en proceso de estudio).
Tras la primera reunión del Comité de Emergencia de la OMS, convocada por la Directora General con respecto a los conglomerados de casos de microcefalia y otros trastornos neurológicos en algunas zonas afectadas por el virus del Zika, y de acuerdo con las buenas prácticas en el ámbito de la salud pública; la OMS declaró esta situación como de Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII). De esta forma, se considera importante tomar medidas enérgicas para reducir el número de casos de infección, particularmente en embarazadas y mujeres en edad fértil.
Prevención de la enfermedad
Posibilidad de casos autóctonos en nuestro entorno
Se relacionaría con la llegada de viajeros infectados (procedentes de áreas endémicas) a las comunidades autónomas donde existe presencia de mosquitos competentes para su transmisión.
En España existe una población de mosquitos del género Aedes que puede transmitir la enfermedad, en concreto Ae. albopictus (mosquito tigre), extendido por el área del Mediterráneo (Cataluña, Baleares, Valencia, Murcia, Andalucía), Gipuzkoa y Huesca.
El riesgo se centra en estas áreas geográficas durante los meses de mayo a noviembre, periodo de actividad del vector, en el que deberán reforzarse las medidas preventivas y de control.
Para más información
La enfermedad por virus Zika presenta una sintomatología generalmente leve que puede pasar desapercibida. Se considera que tan sólo 1 de cada 4 infectados presenta síntomas que aparecen entre 3 y 12 días tras la picadura, e incluyen febrícula, erupción cutánea, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, cefalea y cansancio. Los síntomas suelen durar entre 2 y 7 días y, en general, se resuelven sin secuelas. Por el momento no hay vacunas ni tratamiento específico.
Inicialmente se registraron casos esporádicos en África y Asia pero en la última década se ha expandido, produciendo brotes epidémicos. Actualmente, el virus circula en África, América, Asia y el Pacífico.
Durante los grandes brotes producidos en la Polinesia Francesa en 2013 y en Brasil en 2015, se han notificado potenciales complicaciones neurológicas y autoinmunes (como el síndrome de Guillén Barré). También se ha detectado un incremento de malformaciones neurológicas en recién nacidos y en particular microcefalia, que se ha asociado a una infección de la madre por virus Zika durante el embarazo (actualmente todavía en proceso de estudio).
Tras la primera reunión del Comité de Emergencia de la OMS, convocada por la Directora General con respecto a los conglomerados de casos de microcefalia y otros trastornos neurológicos en algunas zonas afectadas por el virus del Zika, y de acuerdo con las buenas prácticas en el ámbito de la salud pública; la OMS declaró esta situación como de Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII). De esta forma, se considera importante tomar medidas enérgicas para reducir el número de casos de infección, particularmente en embarazadas y mujeres en edad fértil.
Prevención de la enfermedad
- La mejor forma de prevenirla es reducir el número de mosquitos y disminuir los contactos entre los mosquitos y las personas (protección frente a las picaduras de los mosquitos).
- Las personas que viajen a zonas con transmisión del virus deben seguir las recomendaciones para evitar las posibles picaduras:
- Utilizar pantalones largos y camisas con manga larga, calcetines y zapatos cerrados, cubriendo la mayor superficie cutánea, durante todo el día.
- Utilizar los repelentes autorizados (DEET (Dietiltoluamida), picaridin o IR3535) siguiendo las instrucciones de aplicación y reaplicación del fabricante indicadas en el prospecto del producto. Las mujeres embarazadas pueden utilizar repelentes tipo DEET en concentraciones de hasta 50%, picaridin o IR3535.
- Dormir en alojamientos con aire acondicionado (el mosquito tiende a evitar el clima frío) y colocar mosquiteras (recomendadas por la OMS) en la cama, puertas, ventanas y cubriendo cunas y carritos de bebés.
- Usar permetrina para tratar ropa y equipo, no directamente en la piel.
- A las mujeres embarazadas o que traten de quedarse embarazadas y tengan previsto viajar a zonas endémicas, se les recomienda que pospongan el viaje hasta el final del embarazo. Si no pueden evitar el viaje, deben extremar las precauciones para evitar la picadura de los mosquitos. En caso de haber viajado, deben referirlo en los controles prenatales para su evaluación y monitorización adecuada.
- Los viajeros con trastornos inmunitarios o enfermedades crónicas graves deben consultar con su médico o con un Centro de Vacunación Internacional antes de iniciar su viaje.
Posibilidad de casos autóctonos en nuestro entorno
Se relacionaría con la llegada de viajeros infectados (procedentes de áreas endémicas) a las comunidades autónomas donde existe presencia de mosquitos competentes para su transmisión.
En España existe una población de mosquitos del género Aedes que puede transmitir la enfermedad, en concreto Ae. albopictus (mosquito tigre), extendido por el área del Mediterráneo (Cataluña, Baleares, Valencia, Murcia, Andalucía), Gipuzkoa y Huesca.
El riesgo se centra en estas áreas geográficas durante los meses de mayo a noviembre, periodo de actividad del vector, en el que deberán reforzarse las medidas preventivas y de control.
Para más información
- Antes de viajar a zonas afectadas contactar con los Centros de Vacunación Internacional
- Lista actualizada de países con circulación endémica de enfermedad por virus Zika
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